05 03 ciudades. Para este último, me inspiro siempre en el cine americano. Las referencias visuales que me vienen a la mente nacen de la idea del espacio entendido en clave escenográfica, como un posible “recipiente de eventos”, un fondo ambientado sobre el que el espectador puede proyectar una trama. La magia de la noche está en todas partes –silenciosa o ensordecedora, oscura o luminosa hasta la locura. Sus calles son un mar en el que sumergirse o un desierto por atravesar. Farolas, estelas de automóviles, insignias de neón y sombras que se alargan son fragmentos de una poesía que todos conocemos de memoria. Versos implacables. Largos paseos. Soledades. E infinitos sueños de amor detrás de las ventanas • los infinitos resultados posibles, como en mis propias fantasías y memorias. Cultivo la ambición de reconstruir las sugestiones que me fasChinan desde siempre: de Corto Maltés a los mapas geográficos de finales de la Edad Media, de Bernardo Bellotto a Edward Hopper, del tercer hombre a Blade Runner… Mi modo de entender la fotografía está estrechamente relacionado con el deseo de “evocar” una atmósfera o, quizá, una época. Mi objetivo constante es construir una imagen potente cargada de una especie de “clasicismo” que le permita perdurar, más allá de las modas. Intento combinar la tensión compositiva del encuadre con la fuerza sugestiva de un golpe de luz. Desde el principio, mi trabajo se concentra en dos temas: los paisajes salvajes y la noche en las Hace treinta años empecé a hacer fotografías por la noche en Venecia, donde nací y crecí. Quería escapar de la representación más obvia del lugar, intentar proponer una impresión teatral, de escenografía irrepetible y atemporal. Durante quince años hice solo fotografías en blanco y negro. Después empecé a trabajar en color, en especial en Nueva York, la ciudad que llevo en el corazón. Con los años, descubrí un sentimiento inigualable de libertad. En poco tiempo, gracias al ordenador, puedo experimentar cualquier variante de densidad, color y contraste, un proceso que estimula mi imaginación y mis ganas de descubrir y me permite ver las cosas de modo distinto. Quizás sea un modo de perderme –finalmente–, no tanto en Luca Campigotto Nació en Venecia en 1962 y vive en Milán y Nueva York. Tras graduarse en historia moderna, con una tesis sobre la literatura de viaje en la época de los grandes descubrimientos geográficos, se dedica a la fotografía de paisaje y realiza proyectos en todo el mundo. Cultiva desde siempre el interés por la escritura. Sus poesías se publicaron en la revista literaria Nuovi Argomenti y sus obras escritas están recogidas en el volumen Disoriente . Realizó exposiciones en un gran número de museos e instituciones: Maison Européenne de la Photographie, Paría; Somerset House, Londres; Galleria Gottardo, Lugano; IVAM, Valencia; The Art Museum y The Margulies Collection at the Warehouse, Miami; Canadian Centre for Architecture (CCA), Montreal; MOCA, Shanghái; Bienal de Arte de Venecia (1997, 2000 y 2011), Palacio Ducal, Palacio Fortuny y Palacio Zen, Venecia; MAXXI, MACRO, Museo del Victoriano, Instituto Nacional de Gráfica y Festival de Fotografía de Roma; Palacio Real, Palacio de la Razón y Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, Milán; Palacio Real, Nápoles; MART, Rovereto; Fotografía Europea, Reggio nell'Emilia. La fuerza evocadora de las ciudades LucaCampigotto

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