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Una nueva iluminación led para el Cenáculo Vinciano

En 2015, iGuzzini regaló una nueva iluminación al Cenáculo Vinciano donando luminarias de última generación que permitían apreciar mejor la riqueza cromática y los detalles de la obra maestra de Leonardo da Vinci. La empresa, en calidad de patrocinador técnico, se asumió la responsabilidad, incluso en los años siguientes, de monitorizar la rápida evolución tecnológica en el sector de la iluminación y de definir las intervenciones y las soluciones más adecuadas para garantizar la correcta conservación y el disfrute de la obra, de acuerdo con la filosofía de ayuda para la protección y la revalorización de los bienes culturales que caracteriza las intervenciones en este sector: Light is Back. El proyecto nace en 2014, cuando la dirección general de Milán empezó a reflexionar sobre la necesidad de instalar un nuevo sistema de iluminación para el Cenáculo Vinciano donde, en el refectorio de la iglesia de Santa Maria delle Grazie de Milán, se conserva la Última Cena, obra maestra de Leonardo da Vinci declara por la UNESCO "Patrimonio de la Humanidad” en 1980. El refectorio es una larga sala rectangular donde en sus paredes norte y sur se enfrentan dos motivos frecuentes en los refectorios de los conventos: la obra de Leonardo y la Crucifixión de Donato Montorfano. Desde el punto de vista técnico, la Última Cena, realizada entre 1494 y 1497, bajo el señorío de Ludovico el Moro, es una experiencia increíble. Leonardo deseaba lograr en una pintura mural los efectos de representación de la luz que los pintores flamencos empezaban a importar a Italia. Necesitaba una superficie y colores similares a los de una tabla. Por ello preparó la pared con una imprimación y usó un aglutinante desconocidos hasta nuestros días y que son la causa principal de deterioro ya desde principios del siglo XVI. Además, el clima húmedo de Milán es nocivo para este tipo de técnica. El miedo a perder por completo la obra indujo a Federico Borromeo, fundador de la Academia Ambrosiana, a realizar una copia de gran tamaño y, a lo largo de los siglos, el cuadro fue objeto de un gran número de intervenciones que se concluyen con la restauración definitiva llevada a cabo entre los años setenta y el 1999, año en el que se pensó también en el proyecto del sistema de iluminación y climatización que sigue siendo tema de estudio en nuestros días. En aquella ocasión, el laboratorio de fotometría del Instituto Electrotécnico Galileo Ferraris redactó las características de proyecto del sistema de iluminación. Las luminarias, cuya ubicación estaba vinculada a exigencias de carácter distributivo, estaban ocultas detrás de la barrera que impedía el acceso del público, paralelas a las paredes en las que se encuentran las obras. Se utilizaron luminarias especiales para lámparas fluorescentes capaces de suministrar una emisión asimétrica muy marcada para garantizar la necesidad de una iluminación uniforme sobre la superficie vertical. La temperatura de color total generada era de aproximadamente 4050 °K. Los requisitos para la nueva instalación, impuestos por la dirección general, se basaban en la necesidad de iluminar exclusivamente la superficie del cuadro sin proyectar la luz sobre las paredes laterales de la obra ni sobre la zona de la bóveda situada sobre ella, en optimizar al máximo la calidad cromática y en reducir el calor emitido por las luminarias y el consumo de energía. El método de diseño preveía dos fases distintas: los ensayos de las luminarias en laboratorio y la concretización in situ de la solución. La primera fase se desarrolló en el laboratorio luminotécnico del ISCR con el objetivo de conocer cuál era la mejor distribución del espectro. La nueva instalación se realizó utilizando luminarias Palco con LED Chip On Board sobre un raíl DALI con centralita de control de iGuzzini para poder regular de manera individual el flujo lumínico emitido 
por cada luminaria. De este modo es posible obtener una elevada uniformidad de luz sobre la obra y al mismo tiempo respetar los niveles de iluminación sobre el cuadro que imponen los límites de conservación definitivos y controlados por el Instituto Superior de Conservación y Restauración. Para elegir la calidad espectral del led y de la temperatura de color correspondiente, una comisión de expertos -formada por el director general del patrimonio arquitectónico y paisajístico de Milán, el director del Cenáculo, la primera restauradora de la obra y la directora del Polo Museale Regionale della Lombardia- efectuó una evaluación visual mediante pruebas sobre la superficie pictórica que demostró el óptimo equilibrio cromático que aseguran la luminarias con led de temperatura de color 3384 K. Sucesivamente, a partir de esta elección se realizaron otros estudios relativos a la conservación: todas las medidas efectuadas indicaron que la notable reducción del calor disipado dentro de la sala por el nuevo sistema de iluminación produce efectos positivos en el espacio de exposición. La intervención de mejora no afecta solo a la obra de Leonardo, sino también a la Crucifixión de Montorfano, la cual se iluminó utilizando 3 cuerpos ópticos para cada una de las dos luminarias Cestello instaladas en las paredes laterales cerca del cuadro y orientadas en diagonal para crear una distribución homogénea de la luz en toda la obra. La regulación de la cantidad y la orientación del flujo lumínico emitido atenúan notablemente la percepción de las grietas y las irregularidades de la pared. También se intervino en el área destinada al público dentro del refectorio y los pasillos que regulan el tránsito de los visitantes. Las luminarias Cestello, ya presentes en la sala y equipadas con lámparas halógenas AR111 de bajo voltaje con una potencia de 38 W por cada cuerpo óptico, fueron sustituidas por cuerpos ópticos con led multichip de 20 W cada uno. En el recorrido de los visitantes que atraviesa el claustro se respetaron las soluciones de diseño ya existentes: se sustituyeron las 30 lámparas halógenas de 50 W de las luminarias Cestello de pared por 30 cuerpos ópticos led de 11W para reducir el consumo en un 78%. La intervención ofrece la posibilidad de ampliar las horas de apertura al público. Teniendo también en cuenta otros parámetros ambientales como el polvo y la contaminación, tras un primer periodo de monitorización, se calculó un aumento del número de visitantes de 45 000 personas al año aproximadamente.


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  • Año
    2015
  • Cliente
    Dirección general del patrimonio arqueológico, bellas artes y paisaje de Milán.

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