Los arquitectos del estudio de arquitectura Vakwerk eligieron remodelar y transformar en un espacio de trabajo cooperativo la antigua central térmica, en holandés Ketelhuis, que durante tanto tiempo suministró energía a la universidad técnica de Delft.
La planta de energía Ketelhuis fue abandonada en 1976 al quedarse obsoleta debido a las innovaciones y los cambios en el proceso de producción de la energía. De manera lenta e inexorable, el complejo se fue deteriorando aunque siguiera conservando la belleza de algunos de sus elementos: las salas con las armaduras Polonceau de metal, las chimeneas de ladrillos, las fachadas con las enormes ventanas tripartitas –a veces con montantes de ladrillos– y la chimenea de más de treinta metros de alto.
En 2018, los arquitectos de Vakwerk fueron invitados a participar en la licitación de remodelación de la Ketelhuis mientras buscaban un lugar donde establecer su sede. Es así como se convirtieron en diseñadores, constructores, clientes, principales contratistas y, naturalmente, en usuarios de los nuevos espacios. Elaboraron un concepto global que transformó de manera sostenible este centenario monumento industrial. Las intervenciones mejoraron la gestión energética del edificio: nuevos pavimentos de cemento, sistema de refrigeración y calefacción con bombas de calor, cristales dobles y aislamiento de la cubierta.
Es muy fácil reconocer los elementos contemporáneos en las partes de madera caracterizadas por la suavidad de la encina y en el acero rojo, los cuales forman un agradable contraste con el “armazón” industrial. En las intervenciones se vieron implicadas todas las secciones del edificio. Se crearon nuevas aberturas en los antiguos muros. La nueva entrada de cristal, la alzada de madera y las grandes letras iluminadas que se ven desde la claraboya lineal de la Ketelhalle (la sala principal de la central térmica) narran la historia de esta remodelación en el contexto del barrio.
Es cierto que actualmente el edificio es la sede del estudio Vakwerk, pero también es un espacio neurálgico para el barrio, para la universidad y, en general, para los ciudadanos de Delft y, además, también es la sede de muchas otras empresas creativas e innovadoras que pueden alquilar, incluso durante breves periodos, un espacio de trabajo que además está equipado para la restauración y dispone de una sala de reuniones. Todos pueden tomarse un café en la terraza soleada. En Vakwerkhuis, las personas con distintas competencias y niveles de preparación intercambian ideas y las reuniones dan lugar a nuevas intuiciones y colaboraciones especiales, en sintonía perfecta con las nuevas concepciones de los lugares de trabajo abiertos a las contaminaciones. El ayuntamiento de Delft y la universidad llevaban años intentando crear una unión entre el campus y la ciudad. Finalmente, el carácter abierto de Vakwerkhuis logra establecer esta conexión.
Los espacios creados tienen distintas funciones y, por ello, para la iluminación artificial se utilizaron distintos tipos de luminarias.
Las luminarias de suspensión Isola e iRoll garantizan el efecto de luz difusa y homogénea que durante el día entra a través de las grandes claraboyas lineales del techo.
En el centro, hay un bloque de madera rodeado de plantas en cuya cima se crearon una serie de estaciones de trabajo más apartadas donde es posible alcanzar la concentración adecuada. En los techos de madera predominan los empotrables Laser y las luminarias de superficie View Optilinear con óptica Wall Washer se encargan de subrayar la curva de la bóveda.
Para reforzar el carácter industrial del edificio, en algunos puntos se instalaron luminarias iSign eligiendo la poco usual modalidad de aplicación sobre pared.
Las amplias superficies acristaladas aseguran la completa permeabilidad entre los interiores y los exteriores del edificio.
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