14 de agosto de 2018, es la víspera de "Ferragosto" y en Génova, el viaducto Morandi, el puente Morandi, uno de los elementos que caracterizaban la estructura urbana se derrumba arrastrando en su caída a 43 personas que en ese momento transitaban por él.
A partir de ese instante la ciudad hereda el dolor y una retahíla interminable de controversias e investigaciones, además de la necesidad de restablecer la conexión entre las dos partes de la ciudad. Era indispensable reconstruir el puente.
La idea del arquitecto Renzo Piano para el nuevo puente se desarrolla a partir de algunos conceptos clave como, por ejemplo, la duración: “tendrá que durar mil años”. Otros elementos eran la belleza que evoca el espíritu genovés sobrio, sencillo y elegante y la tradición naval, elemento fundamental de la ciudad de Génova.
A partir de estas sólidas bases se tomaron las decisiones que ayudaron a dar forma y a definir los materiales del puente. El puente evoca el mundo de la náutica a través de los pilares y las técnicas de fabricación aplicadas: en el acero de la estructura o en el color elegido, el blanco de las quillas de los barcos.
Todo se ha diseñado para limitar el mantenimiento necesario y facilitar al máximo las operaciones de control e intervención necesarias.
Incluso las fases de fabricación, durante las cuales las empresas implicadas –Italferr, Fincantieri y Webuild– aportaron sus propias competencias específicas, se diseñaron para garantizar una construcción rápida pero sin prisas, diferencia muy importante para Renzo Piano.
El nuevo puente mide 1067 m de largo y aunque sus arcadas tienen distintas longitudes, la mayoría son de 50 m. Está sujeto por 18 pilares de sección elíptica (9,50 x 4,00 m) de 40 m de altura, con cimientos de 50 m de profundidad y dispone de 6 carriles (dos por sentido de marcha y dos carriles de emergencia).
El puente está equipado con sistemas de automatización robótica y sensores para el control de la infraestructura y el mantenimiento. Tiene un sistema de deshumidificación para evitar la formación de condensados salinos y limitar los daños provocados por la corrosión.
Los paneles fotovoltaicos generan energía para alimentar la iluminación, los sensores y otros sistemas. El puente dispone de un sistema de control continuo que supervisa su estado de salud. Todos los datos se recogen para crear una base de datos que podrá ser estudiada, monitorizada y utilizada como base para futuras construcciones del mismo tipo.
iGuzzini contribuyó al diseño y la realización de los productos para la iluminación artificial del puente. La relación de la nueva estructura con el entorno y, por tanto, con las distintas condiciones incluso de la luz natural es muy importante. El color elegido minimiza el impacto sobre el paisaje, así como las formas curvas, elípticas para los pilares, y con forma de casco para la cubierta, sobre la que la luz resbala suavemente para reducir al mínimo los volúmenes.
Por la noche, la iluminación artificial proporciona la luz necesaria para garantizar la seguridad del tráfico de vehículos y refuerza la presencia del puente como un signo que caracteriza el paisaje nocturno.
El proyecto luminotécnico elaborado por Renzo Piano y desarrollado por Italferr integra la iluminación funcional vial con la iluminación escenográfica y arquitectural de la estructura y afecta a cuatro puntos principales para los que se realizaron luminarias nuevas o derivadas de luminarias de producción industrial.
Para la iluminación vial se eligieron dos posiciones para las luminarias sobre poste diseñadas por Renzo Piano para el proyecto, con dos tamaños distintos.
En el centro de los carriles y con una distancia de separación de 50 m, se encuentran los postes de 28 m de altura llamados “mástiles de la nave”. Se diseñaron para resistir a los esfuerzos mecánicos naturales del puente y el empuje del viento. Sobre estos postes, a una altura de 14 m, están montados los cuerpos ópticos de mayor tamaño (Ø 700 mm). El efecto luminoso generado con una óptica especial (tipo ST1.2), puesto que no existía ningún tipo de óptica que pudiera cubrir tal distancia de separación y garantizar los valores de iluminación requeridos en los carriles, evoca la vela de un barco.
Esta misma luminaria, pero de menor tamaño y sobre postes de menor altura (14 m) se utilizó a lo largo de las rampas de acceso y en un corto tramo inicial del puente, zonas especialmente delicadas para la seguridad de los viajeros. Sobre la rampa y en sus entradas se utilizó una óptica A60.
La segunda intervención afecta a la iluminación escenográfica del borde del puente que enfatiza la modularidad de la estructura a través de una sucesión de hojas de acero con poca distancia de separación.
Fue realizada con proyectores suspendidos y orientables, utilizando una sólida articulación circular integrada y un asta también circular. Las luminarias están conectadas en serie. Se utilizó una óptica de haz ancho con efecto suave que incide en las placas laterales de cierre de la cubierta y está instalada dentro del perfil del borde del puente.
El efecto final sobre el lateral del puente es el de una luz uniforme, una línea de luz continua a lo largo del puente interrumpida rítmicamente por elementos verticales, en los que la forma minimalista de las luminarias se oculta en la visión global del puente. El tercer punto de la intervención luminotécnica afecta a la iluminación escenográfica de la cobertura para la que se utilizaron baterías de luminarias Linealuce, orientadas con ángulos específicos para enfatizar el área de unión entre los pilares y la cubierta así como el ritmo de las arcadas. La alternancia de luz y sombra genera una especie de onda que evoca la imagen de una nave blanca que surca el valle.
Invisibles, debido a la configuración plana y horizontal de la instalación, crean un efecto de levitación, dando la impresión de que el casco inferior del puente se eleve y el puente fluctúe entre las dos orillas del valle.
El cuarto punto de intervención afecta a la iluminación escenográfica de las antenas, es decir, a los postes situados en el centro del puente, aquellos que en el concepto de Renzo Piano actúan como “mástiles” de la nave. Dos proyectores Platea Pro, óptica4° están situados en la base de cada uno de los 18 “mástiles” y proyectan la luz hacia los puntales de los postes para iluminar el extremo, por encima del estrechamiento, y permitir la lectura de su forma arquitectónica por la noche.
Estas son las características físicas y la iluminación, realizada con luminarias iGuzzini, de un puente que une y conecta nuevamente las dos partes de la ciudad, y que es el resultado de una gran obra de comunicación y colaboración realizada en el menor tiempo posible.
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