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Tradición y renovación: el Festival de las Luces de Lyon

Entrevista con Jean-François Zurawik, director de la Fête des Lumières

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Published: 4 dic. 2019
Del 5 al 8 de diciembre de 2019 vuelve el Festival de las Luces de Lyon: “Una manifestación popular y, al mismo tiempo, un evento de calidad” en opinión de Jean-François Zurawik, director del festival desde 2005 y hoy en vísperas de su última edición en este cargo. Para Zurawi, realizar una manifestación “popular” significa ser realistas sobre la cantidad y la variedad de personas que participan en el festival –1,8 millones de personas en 2018, provenientes de Francia, Italia, Suiza y otros países– y, por ello, propone obras capaces de agradar a público lo más amplio posible. Lyon no es el contexto adecuado para las instalaciones más "cerebrales".

Vídeo de resumen de la edición de 2018

La razón histórica es que el festival nace como forma sencilla y espontánea de devoción religiosa. Tras haber aplazado ya una vez la inauguración de una estatua de la virgen debido a una inundación, el 8 de diciembre de 1852 los habitantes de Lyon  temían tenerla que volver a aplazar debido al mal tiempo. Pero la tormenta pasó y para manifestar su felicidad y agradecimiento, los ciudadanos encendieron sus velas en los alféizares –los "lumignon"– para iluminar las casas y las calles. Junto con la presentación de la imagen de la virgen, aquel día se inició una tradición que llega hasta nuestros días y que ha hecho crecer el sentimiento de pertenencia y el orgullo ciudadano. Para la mayor parte de los ciudadanos de Lyon es la manifestación más importante del año y el mejor momento para invitar a los amigos y familiares a visitar la ciudad.

“Nuestro objetivo no es experimentar –explica Zurawik– y no queremos que las personas pasen por delante de una obra sin entender inmediatamente de qué se trata”. Esta idea no pretende subestimar el buen gusto ni la intuición de los visitantes, sino que desea privilegiar la parte pragmática de su experiencia. Si el festival se celebra todos los años alrededor del 8 de diciembre, no podemos pretender que el público se quede parado admirando una obra por la tarde durante muchos minutos y si una obra tiene un elemento interactivo, dice Zurawik, –como, puede ser, una partida de pinball proyectada sobre un edificio– es necesario que todos puedan disfrutar de ella y no solo el que está jugando.

Un ejemplo de instalación capaz de sorprender, emocionar y divertir a todos procedente del archivo del festival es La veilleuse des Jacobins de Christophe Mayer y Digiplay Studios, una enorme lámpara de mesa construida sobre una fuente en Place des Jacobins para la edición de 2014, sobre cuya pantalla se proyectaban imágenes de lunas, estrellas cometas, corazones, cohetes y ovejas en un estilo que evocaba los dibujos infantiles. Zurawik la cita por su inmediatez y su poder evocador.

Un vídeo de La veilleuse des Jacobins​

El festival de Lyon es el festival de las luces más antiguo del mundo y el más grande y las expectativas de cada edición son siempre altísimas.
Renunciar a la experimentación no significa renunciar a la originalidad ni a la renovación constante. El festival de Lyon es el festival de las luces más antiguo del mundo y el más grande –no obstante las restricciones del perímetro aplicadas tras los atentados terroristas de 2015 en Francia– y las expectativas de cada edición son siempre altísimas. Zurawik y su equipo desarrollan todos los años la línea de trabajo desean seguir y recogen ideas visitando otros festivales en todo el mundo y promoviendo un concurso de ideas internacional.

El patrimonio histórico de Lyon supone una ventaja en términos urbanísticos y arquitectónicos pero, advierte Zurawik, no asegura el éxito del festival. “Patrimonio puede ser un puente, un arco, la orilla de un río –añade– y también puede convertirse en una oportunidad para crear innovación, sobre todo, durante las primeras ediciones, pero con el paso del tiempo puede representar un límite. Puedes jugar, puedes transformar los lugares, pero las proyecciones tienen que evolucionar todos los años”.
Color or not, M. Chaulet (Ville de Lyon)

Color or not, © M. Chaulet (Ville de Lyon)

Como ejemplo, cita la catedral de San Juan: “Si hubiéramos seguido exclusivamente los consejos de las autoridades religiosas habríamos narrado todos los años la historia de la construcción del edificio”. Tras haber satisfecho una vez esta petición, se inauguró una dirección distinta a partir de 2014 con la obra Color Or Not de Yves Moreaux y Dar La Luz, caracterizada por grafismos, colorimetrías e imágenes generativas que, además de evidenciar la arquitectura, permitían embellecer el edificio y sublimarlo.
En 2018, el equipo OCUBO realizó un vídeo muy especial y de estilo científico, Pigments de Lumière, filmando pigmentos de color mezclados con agua y proyectándolos sobre la fachada de la iglesia. La obra, con sus motivos florales y el uso de pétalos en la grabación representó un homenaje al pasado de la ciudad cuando era reconocida como capital mundial en la producción y venta de rosas, en especial entre 1850 y 1914.
Pigments de Lumière, Fabrice Dimier

Pigments de Lumière, © Fabrice Dimier

No es fácil gestionar un evento de tal magnitud. La Fête des Lumières se basa en una colaboración entre lo público y lo particular, donde el primero está representado por la ciudad y la ayuda del segundo, a veces, es mayoritaria. Algunas empresas no ofrecen patrocinio financiero sino servicios. Un ejemplo de ello es Lenoir, para las arquitecturas de metal, y Orange, la compañía de telecomunicaciones que gracias a los datos de los teléfonos móviles permite al festival analizar los flujos de turistas en la ciudad.
Zurawik ha creado este ecosistema de empresas, artistas, diseñadores, arquitectos y otras figuras profesionales durante los 15 años que lleva dirigiendo este festival y dejará una herencia económica positiva para el territorio y de oportunidades únicas para los artistas implicados. En la actualidad, el festival es conocido a nivel mundial y desde hace diez años recibe propuestas de colaboración internacional. Tras cesar en su cargo de director al concluirse la edición de 2019, Zurawik –cuya intención no es jubilarse– se dedicará a promover el festival fuera del territorio francés.