filter search
English - United States flag It looks like you're in North America.

Buscador de códigos

Find the product codes you need by filtering from our whole product range.

Find Codes
Code Finder
Back

Todos los futuros posibles

Entrevista a Roberto Paura

Tags
Published: 25 may. 2023
Roberto Paura, periodista científico y cultural nacido en 1986, ha contribuido a divulgar en nuestro país el uso de la futurología como herramienta científica para prevenir los desarrollos futuros, tanto en el ámbito tecnológico como social. Para ello, fundó el Italian Institute for the Future, la revista Futuros y la Asociación de Futuristas Italianos, organizó varias ediciones de la manifestación Futuro Remoto y escribió varias obras de divulgación como, por ejemplo,  Occupare il futuro (Codice edizioni) o La fisica del tempo perduto (Cento Autori) en las que se invita al público a entender los mecanismos y los beneficios de los futures studies.

Ud. parece abarcar todos los sectores de los que se ocupa la futurología, al haber estudiado tanto relaciones internacionales como física nuclear. ¿Cómo llegó a interesarse por esta ciencia?

Por muchas razones: por una parte, por la tendencia natural a la interdisciplinariedad que empuja a escapar de la especialización (no soy un politólogo ni tampoco un físico y estoy terminando una nueva licenciatura en historia pero no soy un historiador). Los estudios sobre el futuro son una metadisciplina justo porque son interdisciplinarios por naturaleza. Por otro lado, por la tendencia a proyectarse a largo plazo y a intentar entender dónde podrían hacernos llegar las dinámicas del presente, si no se gestionan de manera adecuada. Mi labor en comunicación de la ciencia y periodismo científico me dio la oportunidad de conocer a muchos expertos en distintos campos y de comprender la urgencia de tratar el tema, tan poco estudiado, del futuro. Más tarde conocí los Futures Studies gracias a las pocas personas que a principios de la década pasada se ocupaban de ellos en Italia. Por tanto, la decisión de intentar promover este sector de estudios fue natural.

La futurología se ocupa de la exploración de los posibles futuros probables. ¿Qué herramientas utiliza para ello?

Para ser más precisos, mientras que la futurología se funda en el estudio de los futuros probables –porque ingenuamente considera que ahí fuera existe un futuro previsible–, los Futures Studies ampliaron este objetivo hace cincuenta años analizando la interdependencia entre tres dimensiones: futuros probables, futuros posibles y futuros preferibles. Todos ellos necesitan herramientas de estudio distintas. Las más conocidas son las relacionadas con la primera dimensión (probabilidad) y son principalmente cuantitativas y estadísticas, por ejemplo, la construcción de índices de previsión o análisis de series históricas. Un método típico cualitativo y cuantitativo es el Delphi, un estudio que recoge las opiniones de expertos designados sobre la probabilidad y el impacto de los eventos que podrían ocurrir en el futuro. Los métodos cualitativos consisten principalmente en el Horizon scanning, es decir, la monitorización de fuentes para comprender la evolución de las principales metatendencias, localizar fenómenos emergentes o anticipar wild card (los llamados “cisnes negros”) y en la construcción de escenarios, que representa la etapa final de un análisis de futuro. La planificación de escenarios aplica varios métodos en función de si el objetivo consiste en definir solo el futuro más probable, ampliar el horizonte a varios escenarios posibles o localizar un “futuro preferible” a partir del cual definir las estrategias de intervención en el presente.
Occupare il futuro
¿Cuál es el objetivo del Italian Institute for the Future que fundó en 2013?

Divulgar el conocimiento de los Futures Studies y el uso de sus herramientas con el fin de ampliar el debate nacional sobre los grandes desafíos del futuro. Para nosotros, hacer hincapié en los métodos no es un fin en sí mismo, ni se limita al simple asesoramiento. Su objetivo es potenciar la “capacidad de futuro” de los sujetos con los que trabajamos (ciudadanos, jóvenes, empresas e instituciones). Esto significa reforzar su conocimiento de las metatendencias globales y de las implicaciones a largo plazo, ofreciéndoles herramientas para intentar no estar a merced del futuro, herramientas con las que tratar de cambiarlo en función de los objetivos personales o de suavizar los efectos negativos. El gran estudioso del futuro Alvin Toffler indicó este objetivo hace más de cincuenta años: democratizar el debate sobre nuestro futuro para evitar el “shock del futuro”.

Actualmente, muchos activistas hablan de un futuro cada vez más amenazado. Algunos grupos como, por ejemplo, Extinction Rebellion o Fridays for Future piden que se cambie el paradigma de producción pensando en las generaciones futuras. ¿Qué repercusión tiene la componente medioambiental cuando se estudian los futuros posibles?

Es determinante, es más, es el origen de los Futures Studies. Esta disciplina nació de los estudios del Club di Roma sobre los límites del crecimiento, el primer gran estudio a partir del cual se desarrollaron los conceptos de sostenibilidad y cambio climático. Los escenarios del IPCC –el grupo ONU encargado de evaluar los cambios climáticos– se basan en la idea de analizar la intersección entre los paradigmas económicos y políticos y las transformaciones medioambientales, dentro de una óptica multidimensional y sistemática similar a la de los Futures Studies. Actualmente, el antropoceno es el modo más correcto de definir tanto el presente en el que vivimos como el futuro que nos espera. Un mundo trastornado por una presencia antropológica cada vez mayor. Por ello tenemos que lograr localizar las vías de salida del antropoceno, para lograr un equilibrio sostenible entre la civilización humana y la biosfera. Esto requiere soluciones innovadoras y radicales respecto a la simple transformación ecológica, algo más parecido a una conversión del pensamiento humano a nuevos paradigmas.

«Nunca me preocupo del futuro, llega siempre bastante pronto –decía Albert Einstein–». Las grandes empresas de tecnología americanas están recortando parte de la plantilla y las instituciones políticas buscan herramientas para reducir la influencia de la Big Tech. Por ejemplo, actualmente preocupa el desarrollo de la inteligencia artificial y, en Italia, se bloqueó el uso de ChatGPT durante algún tiempo. ¿Los Futures Studies dan esperanza a la tecnología? ¿Ayudan a no preocuparse?

La aceleración tecnológica es una de las cuestiones más analizadas por los estudios sobre el futuro, porque su típica evolución exponencial permite prever su gran impacto sobre la sociedad. En nuestro sector, podemos distinguir entre dos grandes tendencias: la de los tecno-optimistas y la de los tecno-realistas. Para los primeros, la tecnología resolverá a la larga todos los problemas de la humanidad y nos permitirá entrar en una nueva era de civilización, de abundancia y, quizás, de inmortalidad. Los tecno-realistas (grupo al que creo que pertenezco) observan con recelo esta retórica y apuntan con el dedo hacia la enorme concentración de poder de la Big Tech, cuyas visiones de futuro actualmente se han vuelto hegemónicas, con una auténtica pretensión de colonización del futuro. Obviamente, esto no implica ninguna tendencia al ludismo. El objetivo sigue siendo lograr un futuro más centrado en el ser humano, que permita a las personas elegir cuáles serán los fines de la tecnología y en qué modo podremos utilizarla para conseguir una emancipación humana real y un progreso social concreto. Fines que no coinciden con los de la Big Tech.

¿Puede compartir con nosotros algo que, en este mundo tan complejo, le haga mirar al futuro con optimismo?

La capacidad de imaginar futuros distintos del presente. Aunque es una capacidad cada vez más limitada, mientras seamos capaces de imaginar la posibilidad de un mundo distinto existe esperanza para el mañana. Tengo grandes expectativas en la capacidad de las nuevas generaciones para intentar cambiar el futuro.