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Olafur Eliasson y el cambio climático

Cómo el arte contemporáneo puede contribuir a la sensibilización

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Published: 24 abr. 2020
Olafur Eliasson tiene cincuenta y tres años y es uno de los artistas más famosos del mundo. Vogue lo definió un artivista, porque desde hace veinte años aproximadamente sus obras hablan del cambio climático. Netflix le dedicó el primer episodio de la segunda temporada de Abstract (Olafur Eliasson: el arte del diseño), la serie documental que presenta a los grandes innovadores del arte y del diseño contemporáneos, las personas que están cambiando las reglas del juego con estro y creatividad.
 
Olafur Eliasson y el cambio climático

Olafur Eliasson en Olafur Eliasson: el arte del diseño

Olafur Eliasson nació en 1967, creció en Islandia y Dinamarca, y estudió en la Royal Danish Academy of Fine Arts. Desde 1995 vive en Berlín, donde fundó el estudio Olafur Eliasson compuesto, actualmente, por un equipo de 75 creativos. Sus obras abarcan desde la cultura a la pintura, la fotografía y hasta las instalaciones. El elemento constante que las caracteriza es el estudio de la relación entre la percepción humana y el mundo, y cómo la idea se puede transformar en acción. Sus creaciones suelen romper los límites del museo e irrumpir en el mundo exterior a través de obras de arquitectura o proyectos de amplia escala que dan vida a experiencias inmersivas. Desde hace veinte años explora la relación entre los seres humanos y la naturaleza, estableciendo conexiones entre sus creaciones y el espacio circundante, y concentrándose en el cambio climático. Como declara al final de su episodio de Abstract: “Si queremos cambiar algo en cuanto al clima, debe ser explícito, debe ser físico. Esta es la cultura, ¿no? La cultura es, en gran parte, física. Son las cosas que hay ahí fuera, en el mundo”.
 
Olafur Eliasson y el cambio climático

Una toma de The Weather de 2003

El proyecto The Weather, expuesto en la Tate Modern en 2003, marca el primer paso hacia una nueva conciencia sobre el clima.

Es una de sus instalaciones en sitio específico más famosas. Se trata de un espacio enorme, donde el artista nos muestra el aire, el vacío y la atmósfera a través de una niebla artificial. Al fondo de la Turbine Hall, una semiesfera retroiluminada difunde una luz cálida. El techo está revestido de espejos que transforman la semiesfera en un sol y multiplican el espacio.

El efecto obtenido es el de un inmenso atardecer en un espacio cerrado. Una luz amarilla monocromática inunda el entorno y nos da la sensación de atravesar un espacio ultraterreno y, al mismo tiempo, de estar bajo un cielo artificial. Un lugar contemplativo y atrayente, que se presta a múltiples interpretaciones. Para algunos espectadores se trata de un lugar espiritual donde poder entrar en contacto con la propia dimensión interior. Otros, en cambio, se sienten sumergidos en un escenario postapocalíptico, impregnado de sentimientos negativos e inundado por una atmósfera funeraria y nefasta. La luz tiene un papel muy importante en The Weather. El sol artificial permite dar “materia” al aire, creando una atmósfera crepuscular intensa, real y exasperada al mismo tiempo. En el centro de la búsqueda artística de Eliasson, late siempre la voluntad de estudiar las diferentes percepciones humanas del mundo exterior. Al principio del episodio de Abstract , Eliasson mira a la cámara y se dirige al espectador rompiendo la cuarta pared (tal y como hizo unos años antes Frank Underwood, en House of Cards). El artista danés pide al espectador que haga un experimento, que colabore con él apagando todas las luces hasta que solo quede encendida la luz de la pantalla. Después, Eliasson le pide que se imagine la pantalla como una lámpara y que se concentre en el espacio que le rodea, en cómo los espectadores estamos en ese espacio. Eliasson cubre la cámara con un panel amarillo durante unos segundos. A continuación, coloca un panel violeta y le invita a descubrir cómo cambia nuestra percepción ahora que la habitación está sumergida en una luz violeta. El último panel es azul. Cada color cambia nuestra percepción, nuestras emociones y nuestros sentimientos: “cada color nos afecta de manera distinta. Esto es el arte: eres coautor junto conmigo. El protagonista principal. Lo que ves depende de ti -concluye Eliasson-”. En este proceso de creación compartida, la luz es fundamental.
“cada color nos afecta de manera distinta. Esto es el arte: eres coautor junto conmigo. El protagonista principal. Lo que ves depende de ti -concluye Eliasson-”.
La visión artística de Eliasson se resume perfectamente en Earth Perspective, un proyecto lanzado para celebrar el Día de la Tierra de 2020 en su cuenta de Instagram. El artista subió a la red imágenes de la Tierra (cada una de ellas dedicada a un lugar amenazado por el cambio climático, como, lo es, la Gran Barrera de Coral) coloreadas de naranja y rosa con un punto en el centro. Eliasson invitó a sus seguidores a mantener la mirada fija durante diez segundos en el punto del mapa y a apartar, después, la mirada hacia una superficie neutra en la que aparece la imagen residual en distintos colores. Para Eliasson, esta es la obra de arte: una nueva visión del mundo, fruto de la colaboración entre el artista y quien disfruta de la obra.

Ice Watch

Ice watch de 2014 narra de manera aún más explícita el cambio climático y es un ejemplo perfecto de la idea transformadora del artista, del pensamiento que pasa a la acción. Para comunicar el deshielo de los glaciares, Eliasson hace extraer doce bloques enormes de hielo del mar de Groenlandia y los coloca formando un círculo en medio de la City Hall Square de Copenhage. Las personas pueden acercarse al hielo, tocarlo, sentirlo y asistir en primera persona a su deshielo. Se trata de una obra increíblemente sencilla que esconde un componente emotivo muy incisivo. Todos sabemos que los glaciares están desapareciendo pero a través de Ice Watch redescubrimos el fenómeno en primera persona. Es como si lo viéramos por primera vez. Ice Watch desaparecerá, tal y como desaparecerán los glaciares.

Olafur Eliasson narra In real life

A lo largo de 2019, la Tate Modern invitó nuevamente al artista. En enero de este año, finalizó In Real Life: treinta años de carrera narrados a través de treinta obras expuestas por asonancia, no por orden cronológico. No existe un recorrido expositivo predefinido. Cada uno puede construirlo siguiendo sus propias preferencias personales. Sala tras sala se presentan todos los elementos preferidos por el artista: la denuncia del cambio climático, siempre presente y desgarradora, la atención por la percepción visual y sus engaños, el amor por la geometría intrínseca de la naturaleza. Una experiencia multisensorial que desde Londres acaba de llegar al Guggenheim de Bilbao.

Próximamente, Eliasson llegará a Tirol del Sur con una instalación en Val Senales en la que el deshielo del glaciar Giogo Alto (Hochjochferner) se convertirá en un elocuente ejemplo de calentamiento global. La inauguración está prevista, siempre que el COVID-19 lo permita, para el 20 de junio de 2020, durante el solsticio de verano.

Las obras de Eliasson narran nuestro mundo y contribuyen a sensibilizarnos sobre los temas más importantes y cruciales de nuestro presente y para nuestro futuro (otro de sus proyectos más famosos es Little Sun para hacer llegar la iluminación de bajo coste a varias zonas de África sin electricidad), sin perder de vista un aspecto fundamental del arte: estimular las cuerdas de nuestra percepción sensorial. Sus instalaciones son atrayentes para el cuerpo y la mente. Hacen reflexionar y nos conmueven ofreciendo una llave de lectura de la belleza del mundo y de su fragilidad. Utilizando las palabras del artista: “Es importante hablar del clima en un lenguaje que no sea siempre trágico. Es muy importante proyectar cosas que tengan una historia positiva”.