Más allá de las dos ventanas del fondo de la habitación se adivina la luz intensa de un día soleado. Por el contrario, en la sucia habitación todo está a oscuras; nos encontramos en una cárcel llena de individuos peligrosos y es como si la luz exterior eligiera no entrar. Dos hombres de negro, sentados en un lado de la mesa, hablan con un joven recluso. Son Holden Ford y Bill Tench, los agentes del FBI que protagonizan la serie Netflix Mindhunter, y están interrogando a Montie Rissell, un individuo peligroso encarcelado por haber violado y asesinado a cinco mujeres. La cámara los encuadra a contraluz, sobre el fondo de una pared oscura, y es difícil distinguir el perfil de los cuerpos.
La luz es una de las herramientas fundamentales para contar historias en el cine y la televisión, y Mindhunter parece haber sido grabada para demostrarlo. Comparemos dos escenas del cuarto episodio de la primera temporada. Aunque los dos encuentros entre los agentes del FBI y los asesinos en serie se hayan grabado en el mismo espacio, las mismas condiciones de luz se han utilizado para crear dos situaciones completamente distintas que narran un cambio radical en la relación entre los personajes. Durante los encuentros, el punto de vista del espectador coincide con el de los agentes que quieren convencer al detenido para que hable de sí mismo y poder delinear su perfil psicológico. La atmósfera sórdida de la primera entrevista es la que hemos descrito al principio del artículo: Montie se niega a colaborar y es hostil con los dos detectives. La sombra del rostro acentúa su hermetismo, la intención de no darse a conocer. La toma a contraluz lo diseña como un personaje más “hosco”.
Montie se niega a colaborar y es hostil con los dos detectives. La sombra del rostro acentúa su hermetismo, la intención de no darse a conocer. La toma a contraluz lo diseña como un personaje más “hosco”.
La segunda vez, Holden y Bill cambian el enfoque: son más condescendientes con Montie y utilizan modos más suaves para convencerle a sincerarse. Aquí “suave” es la palabra clave. Por el modo en el que la luz incide sobre Montie, podemos intuir que la nueva estrategia dará buenos resultados. El rostro del detenido se ilumina con una luz difusa, que suaviza sus rasgos somáticos y sugiere un estado de ánimo diferente.
La luz es una de las herramientas fundamentales para contar historias en el cine y la televisión, y Mindhunter parece haber sido grabada para demostrarlo.
La maestría del director de cine y del director de fotografía consiste en obtener un efecto distinto sin cambiar las condiciones de la luz ambiental pero interviniendo sobre la disposición de los personajes y la posición de la cámara: durante la segunda entrevista, Holden está sentado en el lado corto de la mesa y, gracias a ello, Montie puede mirar hacia las ventanas manteniendo una postura natural. Un desplazamiento lateral de Holden, implica un paso adelante en la narración de Mindhunter.
(Captura de pantalla de Netflix)