Guido Harari – Remain in Light es una exposición antológica (abierta al público en la Mole Vanvitelliana de Ancona hasta el 6 de noviembre) que narra los cincuenta años de carrera del gran fotógrafo. Durante décadas, Harari ha logrado mostrar a la persona que está detrás del famoso, el alma que se oculta detrás del personaje, apuntando el objetivo hacia artistas de todo tipo y concentrándose durante algunos años en la música: de Frank Zappa a David Bowie, de Paolo Conte a Bob Dylan o de Vasco Rossi a Ennio Morricone. En la Mole Vanvitelliana de Ancona, se puede recorrer la carrera de Harari entre más de trescientas fotografías, instalaciones, proyecciones, portadas de discos y películas para rememorar un siglo de rock.
Empecemos por el título de la exposición, Remain in light, en el que la luz se convierte en el punto clave de la fotografía y de su trayectoria.
El título rondaba en mi cabeza desde hace tiempo pero no era el único. La verdad es que también pensaba en otro título relacionado con la luz pero en clave negativa:
You Want It Darker (título de una canción incluida en el último disco de Leonard Cohen). Es un disco que escucho con frecuencia, que me ha condicionado mucho a nivel psicológico y que ha determinado una especie de espesamiento en postproducción de las fotografías de la exposición y del libro. Al final se impuso
Remain In Light porque además estábamos superando la etapa más difícil de la pandemia.
Remain In Light no es solo la invitación que el fotógrafo lanza al sujeto cuando este tiende a abandonar el cono de luz que le ha preparado, sino que se convierte en un ruego para que la memoria no se evapore, no sea fagocitada por la oscuridad en la que vivimos. Salvar la memoria de las personas y de una época es una de las misiones de esta exposición, en una época líquida donde todo se marchita y desaparece rápidamente.
Esto se ve claramente en los retratos de algunos grandes artistas. «Me siento siempre muy feliz cuando Guido me hace fotos porque sé que será una foto musical, poética y con sentimiento. Normalmente, otros fotógrafos ignoran las cosas que él captura en sus tomas –declaró Lou Redd–».
Siempre he sentido gran curiosidad por conocer a las personas que hay detrás de los personajes. Ya desde joven sabía que no quería ser un fan que consume pasivamente discos y asiste a los conciertos. Los artistas que admiraba eran portadores sanos de cultura e inspiración. La fotografía, que era mi otra afición, se convirtió en el lenguaje y la herramienta para acercarme a ellos. Muchos de mis sujetos entendieron inmediatamente que para mí hacerles fotografías no era un trabajo ni una profesión. Cultivaba una sensibilidad, una empatía que superaba con creces el aspecto profesional. Esto ocurría tanto con los músicos como con los otros personajes en los que se fijaba mi mirada, de la cultura al espectáculo, la moda, el deporte, los negocios o la ciencia. Un abrazo global.