“¿Qué es el color? Goce, como un párpado que se cierra, un leve desmayo –escribía Roland Barthes–”. Y este goce ensancha sus confines ante aquellos seres, aquellos objetos o aquellos materiales que logran jugar, como en un hechizo, con el modo en el que la luz y las radiaciones electromagnéticas se mezclan y varían para crear los colores. Este es el caso del avetorillo común, una garza muy difícil de detectar debido a su capacidad para camuflarse gracias a su plumaje moteado en tonos amarillos, del “corazón de Vignola”, una fluorita cuyo color varía de tonos verdes a violetas en función de la luz, de la piedra Pedrazzite, cuyo candor sigue maravillando a los investigadores o, incluso, de los élitros de la cetonia dorada, un coleóptero tornasolado con reflejos laterales cobrizos.
Corazón de Vignola, © MUSE
Estos son solo algunos de los objetos que se podrán admirar hasta el 4 de junio en el MUSE de Trento, el museo de la ciencia, durante la muestra Dentro del color dirigida por Michele De Lucchi y Stefano Zecchi. El objetivo de la exposición es contar la percepción física y mental del color a través de un centenar de materiales que provienen de la colección del museo, para mostrar cada matiz de las manifestaciones cromáticas de la vida orgánica e inorgánica a nivel zoológico, botánico, mineralógico, petrográfico y paleontológico. Estos materiales naturales, colocados sobre las laderas de siete volcanes de siete colores distintos, sorprenden y provocan esas emociones que solo los colores logran activar gracias a los juegos y a las variaciones de luz. El volcán se convierte en arquetipo y contenedor, gracias a los materiales y los vídeos artísticos que se proyectan en su interior, con atenuaciones e imágenes que aseguran una experiencia inmersiva y multisensorial.
El boceto de un volcán diseñado por Michele De Lucchi
Fósiles, aves, conchas, insectos y mamíferos –con algunos hallazgos de hace 500 millones de años– se convierten en herramientas para construir un catálogo eterno del encanto y la belleza que pueden emanar de los colores, un archivo vistoso lleno de misterio y grandeza. Para Stefano Zecchi, presidente del MUSE, la exposición es un encuentro “de las ciencias con la amplia cultura humanista. Se suele pensar que son dos estrategias en guerra para comprender el mundo y sin embargo son las aliadas perfectas para hacernos entender el sentido de la vida”. “Y el color –añade– es la magia de la vida. Donde no hay color no hay vida”.
Colour Wheel, © MUSE
Uno de los dos directores, el famoso arquitecto y diseñador Michele De Lucchi, estudia desde hace años el color con el estudio multidisciplinario AMDL Circle. El ayuntamiento de Rapallo, por ejemplo, solicitó recientemente el asesoramiento del arquitecto y de su estudio para trabajar en los colores de las fachadas históricas de este pueblo ligur, con el objetivo de proteger y transmitir el patrimonio no solo arquitectónico y artístico sino también cromático de los edificios, a través de un exhaustivo estudio de los colores históricos para valorizar el territorio y poder proteger los nuevos edificios respetando precisos criterios estéticos.
La exposición del MUSE en el palacio de Le Albere se inauguró con un concierto, nos cuenta De Lucchi: “El color en sí no existe. Es luz, energía y vibración de partículas. Sin embargo, estamos acostumbrados a atribuirlo a la materia. Toda la exposición gira en torno a esta relación entre materia y luz, entre lo tangible y lo intangible, entre la realidad y la imaginación”. No hay duda de que para ser algo que no existe, el color ha encontrado la manera de hacer que hablen de él.