¿Qué les sucede a las obras de arte cuando no las vemos? La ausencia de la mirada no modifica de manera evidente una escultura o un cuadro; podemos imaginar que, si se respeta la temperatura adecuada y el grado de humedad, las obras que nadie ve permanecen inmutables esperando a que alguien las vuelva a mirar.
Si nos hacemos esta misma pregunta sobre las obras del escultor británico Jason deCaires Taylor, la respuesta cambia de manera radical. Las esculturas de Taylor viven lejos de las miradas del público: reposan sobre el fondo de los abismos a la espera de que alguien decida sumergirse para verlas y explorar estas instalaciones subacuáticas.
Jason deCaires Taylor, Cannes Underwater Museum, Île Sainte-Marguerite
Nadie ve la misma obra: los trabajos de Jason deCaires Taylor nacen poco a poco de la unión de la escultura y el entorno marino que las rodea. La obra se completa con las formas de vida del océano que, adhiriéndose a ella, la modifican. El paso del tiempo es testigo de la proliferación de la fauna y la flora marina que se ancla a las figuras humanas esculpidas por el artista, sellando un pacto de convivencia entre las obras humanas y el entorno marino en el que están instaladas.
Los trabajos de Jason deCaires Taylor nacen poco a poco de la unión de la escultura y el entorno marino que las rodea.
Jason deCaires Taylor, Hybrid Garden, Lanzarote
Nadando en el museo submarino de Lanzarote, la mezcla de lo humano y la naturaleza salta a la vista ante el Hybrid Garden, un pequeño jardín de esculturas en el que se representan cactus descontextualizados de su entorno nativo y recolocados en el fondo marino. El salto conceptual es doble: no solo la escultura imita la naturaleza, sino que agrega esta imitación a un ecosistema ajeno, invitando al entorno circundante a modificarla y proliferar sobre su superficie.
A veces, los trabajos de Taylor se convierten en una invitación explícita para los seres vivos marinos. El artista crea sus esculturas con grietas, cortes y agujeros que facilitan el crecimiento de la fauna y la flora acuática. Holy Man, la escultura apoyada sobre el fondo marino de México, es un ejemplo de ello.
Jason deCaires Taylor, Holy Man, Mexico
En línea con la tradición del Land Art, Jason deCaires Taylor incursiona en el entorno natural y, al mismo tiempo, deja que la naturaleza intervenga en sus esculturas, integrándolas en el paisaje. La interferencia provocada en el entorno natural también modifica la experiencia de disfrute de las obras. La superficie del agua, en continuo movimiento, provoca corrientes y olas e influye en la refracción de la luz. Del mismo modo, la profundidad altera el espectro visual del color. Los ciclos oceánicos, el desove y las corrientes sobre el fondo marino influyen en la visibilidad de las aguas e introducen nuevos cambios en la experiencia de visión de las obras.
Los museos subacuáticos de Jason deCaires Taylor, diseminados por los fondos marinos del mundo entero, invitan a los visitantes a sumergirse en la vida del océano y formar parte de él. En esta invitación a abrir los ojos debajo del agua para observar la vida de los ecosistemas marinos, la luz natural alcanza una importancia fundamental, ya que permite la visión de las obras y crea algo parecido a un realismo subacuático mágico que potencia el carácter icónico de los mensajes y los temas de las obras de Jason deCaires Taylor. Estas esculturas proponen una reflexión profunda sobre la convivencia entre los seres humanos y el ecosistema marino, ensalzado en toda su belleza y fragilidad.