Agorà encierra en su nombre su doble función. Un proyector arquitectónico que nace para ser instalado en la plaza, así como en cualquier otro lugar urbano, es decir, en todos aquellos lugares de encuentro de nuestras ciudades, pueblos o barrios. Agorà, término italiano procedente del griego antiguo y que signifi ca «reunir, convocar», se convierte en una herramienta que da vida a las ciudades al ofrecer a las personas una luz para reunirse, vivir bien y sentirse seguros en las calles y plazas de la ciudad.
El diseño simple, pero minuciosamente cuidado en cada detalle por el arquitecto J. M. Wilmotte, se integra perfectamente en la arquitectura y en el contexto urbano, convirtiéndose casi en materia por sí mismo, gracias a su espesor extremadamente reducido.